martes, 17 de septiembre de 2013

Belmonte 2013

El fin de semana del 10 y 11 de agosto estuvimos en Belmonte (Cuenca)
Estuvimos colaborando en la representación, a modo de rol en vivo, de los juicios de la inquisición de esta villa en el siglo XV.
En la villa se reunieron señores, comerciantes, alguaciles, habitantes, inquisidores y demás personajes de tan antiguos tiempos.
Poco a poco se fue desarrollando la interesante historia donde, unos acusando a otros, se iban desvelando historias ciertas e inventadas y donde, algunos, huian para no ser apresados por la justicia de la iglesia.

 Pasamos un fin de semana divertido y conocimos gente de otros lugares.
 Pudimos adentrarnos en la tienda de un inquisidor con todos sus elementos.
Uno a uno, fuimos pidiendo permiso para contarles a las autoridades aquello de lo que sospechabamos o veiamos extraño.
 Cierto comerciante fue acusado, torturado y condenado por sus faltas.
 Mientras el resto nos asabamos con el calor de Cuenca a las tantas de la tarde.
 Otros se distraian ejercitando la mente
Y las mujeres se reunian en coro en la plaza para aprender alguns trucos de costura de manos de la maestra del gremio.

Al día siguiente de la llegada del señor inquisidor pruebas insospechadas revelaban la existencia de más herejes y traidores de lo que se esperaba.

El señor de la villa resulto ser un hereje que practicaba las costumbres judáicas
Su sirviente fue torturado e interrogado.
Todo esto no hizo más que calentar el ambiente en el pueblo que harto de la persecución a la que eran sometidos todos y cada uno de ellos se rebelaro, liberando al señor y plantandole cara a la iglesia.

Pero la guardia llegó y prestó batalla a los allí reunidos, ya heridos y maltrechos como estaban tras la persecución y tortura recibidos el día anterior.
Al final la rebelión fue aplacado, los presos recuperados y todos ellos preparados para el juicio de la inquisición.
Sus pecados fueron expuestos y mostrados a todo el pueblo, para que sus habitantes aprendieran la ley de la iglesia.
 

En el último momento del juicio cuando el comerciante iba a ser ejecutado se recibió una carta del rey, obligando a la iglesia a dejarlo libre.
No se le pudo juzgar por sus pecados, que ya habían sido perdonados, tampoco se pudo juzgar al señor, ya que había muerto en la reyerta del día anterior.
Pero si que se pudo quemar a su San Benito, como hereje que había sido encontrado.
 Para completar el fin de semana, decidimos visitar el castillo de Belmonte, no podíamos perder tal ocasión.
 Aquí os dejamos una foto realizada en sus almenas, al más puro estilo del siglo XV
Esperamos que os haya gustado nuestra visita a este bello lugar.